Existía un grupo de elefantes en el que todas las elefantas tenían la piel rosa, para ello, vivían en un cercadoy se alimentaban de peonías y anémonas, que tenían un sabor horrible. Encerradas allí, veían cómo sus primos y hermanos elefantes disfrutaban de la vida de una forma muy diferente.
Margarita es la única elefanta del grupo incapaz de conseguir que su piel sea de color rosa. Cuando sus padres desisten de imponerle ese aspecto, por fin descubrirá el significado de la libertad y abrirá el camino de la igualdad para sus compañeras.