"Días de hijo" nos enseña escenas divertidas y conmovedoras de la vida del padre primerizo, para el que de pronto todo es un pequeño milagro, que se emociona ante cosas profanas como cambiar los primeros pañales, los primeros dolores de tripa o la guerra con la remolacha roja.
Pero el libro nos quiere recordar que la vida es bella y que, la mayoría de nosotros, padres y madres del primer mundo, tenemos una suerte inmensa inmensa. Que todas esas cosas sencillas, incluso fastidiosas, del día a día con un bebé, son un regalo efímero que recordaremos para siempre: la primera nochevieja en casa solos con el bebé, la primera enfermedad, los días de mal humor, las clases en la psicina, y el llanto bajo miradas ajenas...