"Antes de irse a dormir, Mónica se asomó a la ventana y vio la luna. La luna parecía estar muy cerca. «Cómo me gustaría jugar con ella» pensó Mónica. E intentó alcanzarla.
Pero, por más que se estiraba, no podía tocarla.
– Papá, – le dijo Mónica a su padre. – Por favor, consígueme la luna."
El padre no solo tiene que alcanzarla porque, ¿podrá la niña jugar con un aluna tan grande?